sábado, 29 de diciembre de 2012

Es entonces cuando nada tiene sentido. Cuando quieres llorar hasta quedarte sin lágrimas. Cuando quieres gritar hasta quedarte sin voz. Cuando quieres golpearte, hasta que te haces daño. Cuando te enfureces. Cuando te desesperas. Cuando no aceptas la verdad y corres sin rumbo, solo buscándole.
Es un momento de soledad total. Donde puedes estar rodeado de gente y a la vez sentirte la persona más sola del mundo.
Quieres volar.
Llegar al cielo, y tocar las estrellas.
Quieres agarrarle fuerte y ordenarle que vuelva contigo, a tu lado.
Pero tu no puedes volar, no puedes llegar al cielo, ni tampoco tocar las estrellas. Y esa persona no puede volver. Y no hay más.

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